Cuando el campesino Pedro Pablo Pérez fundó el 24 de junio de 1954 el conjunto músico-danzario Nengón de Imías, en las serranías de ese municipio, pocos imaginarían el valor que dicha agrupación tendría para la cultura cubana, como continuadora de una tradición cuyos orígenes se remontan al siglo XIX colonial.

Revitalizar dicha sonoridad fue obra de la familia Pérez-Matos, junto a otros amigos y conocidos, como los Oñate, Mendoza, Moreira y Viquillón; cada uno le imprimió el sello personal como garantía de continuidad entre cantantes y bailadores.

La fiesta del berraco, endémico acto festivo, nació en 1930; entre sus fundadores se encuentran Pedro Frómeta Pérez “Pedro Paquita”; Juan Frómeta Pérez “Juan Paco, Calixto Frómeta Jiménez, Reginaldo Frómeta Jiménez, Jesús Matos Sánchez y Rafael Matos Sánchez, entre otros. Esta expresión artística ofrecía una imagen de la situación de aquellos momentos; la trama era representada de la manera siguiente:

El Berraco es el agente principal, este personaje se cubre con hojas de guineo todo el cuerpo y se coloca una mandíbula de cerdo,  pintando la cara y los brazos con tizne de carbón; dos o tres personas más representan los perros.